Plaza del Bicentenario
Imaginamos realizar alrededor de la Capilla de la Concepción un gran espacio ritual, rectangular alargado, aislado del movimiento caótico de la ciudad por una "pared verde". De aquí nace el gran recinto rectangular donde la desproporción entre el largo y el ancho y la continuidad de la pared perimetral atribuyen al espacio abierto un carácter de interioridad que encontramos en distintos espacios abiertos de la arquitectura mesoamericana. El espacio interno, claramente delimitado, es libre y terso, casi privado de árboles, de pavimento plano; en contraste, el espacio exterior se presenta sombrío y accidentado, salpicado de algunos episodios paisajisticos y arquitectónicos, surcado en varios puntos por los andadores de acceso al espacio interno, recogiendo funciones y actividades multiples. El jardín en torno al gran recinto, será el colchón que amortigue finalmente la relación entre el caos de la vida urbana y el carácter metafísico del interior. La estructura del gran recinto se extiende más de quinientos metros y alcanza una altura de dieciocho metros; fue diseñada a base de perfiles estructurales de acero y será revestida de una malla métalica. Al interior de las vigas de placa de acero en forma de V, se plantarán diversas especies vegetales que cubrirán completamente la estructura. Estas especies, de distintas coloraciones, cambiarán la imagen de la pared verde en cada estación; se trata de una naturaleza impredecible que aligerará en el transcurso de los años la geometría del proyecto.